10. La Revelación Progresiva en la Biblia

El siguiente dibujo ilustra la “revelación progresiva” en la Biblia. Allí constan las diferentes etapas en el crecimiento de un árbol, comenzando desde la semilla hasta llegar a la fruición. En las enseñanzas de Abraham vemos la ‘semilla’, en las de Moisés el ‘tallo', en las de Jesús la ‘flor’ y en las de Bahá’u’lláh la ‘fruta’.

¿Cuál es superior? La respuesta es que ninguno. Cada uno es diferente pero importante y todos son “perfectos”. Por ejemplo, el ‘tallo’ es necesario para que pueda darse la ‘flor’ y la ‘fruta’. Del mismo modo, los Fundadores están unidos en amor, pero los seguidores a menudo se dividen, o inclusive se odian.

Ninguno de los Mensajeros es superior a otro. Todos son necesarios. Cada etapa es el cumplimiento de la que la precedió. Ningún paso es exclusivo, ninguna etapa definitiva, ni siquiera la de la fruta. La fruta es el cumplimiento de la semilla. Es el final de un período, pero de esa fruta saldrá la semilla de otro período o ciclo.

Las enseñanzas de Dios son progresivas. Cada Mensajero construye sobre las enseñanzas del anterior. Por ejemplo, Moisés nos dio los “Diez Mandamientos” como guía del comportamiento del individuo. Jesús nos enseñó a amarnos los unos a los otros. Mahoma enseñó la hermandad entre las tribus hostiles de Arabia.

Paso a paso, la humanidad ha avanzado desde la unión familiar a la unificación de la tribu, luego de la ciudad-estado y después la unidad de la nación. ¿Cuál es el siguiente paso? Es la unificación de todos los pueblos del mundo.

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