Profecías cronológicas: Muchas profecías son generales, por ejemplo, que habrán hambru¬nas, guerras, etc. Ha habido tantas guerras en los últimos 2000 años, que no se sabe a cuáles se refiere la profecía. Las profecías cronológicas constituyen una prueba mayor, ya que son exactas y específicas. Esta profecía señala con exactitud el año 1844, que fue el año de la Declaración de El Báb y el inicio de la Era Bahá’í, según el texto mismo del Libro de Daniel.
En la tercera promesa, Jesús refiere al lector a las profecías de Daniel y le pide estudiarlas, ya que contienen más información sobre el “Retorno”. Y Jesús dijo: “…cuando veáis en su lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee entienda)”. (S. Mateo 24:15) Para poder comprender la promesa de Jesús, hay que conocer el Libro de Daniel. Daniel era un profeta quien residía en la provincia de Elam (situada en Irán).
En el Libro de Daniel, se encuentran muchos sueños. Los eruditos en la Biblia descubrieron, alrededor del año 1844, que uno de estos sueños señala indirectamente la fecha de su primera venida de Jesús y también la de su segunda venida. En el capítulo ocho del Libro de Daniel, se encuentra el siguiente sueño o visión. En esta visión, Daniel preguntó a un hombre vestido de blanco, que apareció en las orillas de un río, cuál sería el signo del “cierre de la edad” o el “tiempo del fin”.
Estas son las palabras pronunciadas por Daniel: “¿Hasta cuándo durará… la prevaricación asoladora…? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Daniel 8:13-14). Esta visión de Daniel, de la purificación del Templo después de 2300 días, posee gran significado para el pueblo judío. La "purificación del Templo” no tiene nada que ver con la limpieza física de un edificio. Está en un lenguaje simbólico que significa la venida de un nuevo Mensajero de Dios, quien purifica o “limpia” la religión de Dios y elimina todas las ideas de invención humana.
Los Judíos -incluyendo a Jesús- amaban muchísimo su Templo en Jerusalén. Constituía el centro de toda actividad religiosa. Lo peor que podía sucederles a aquellos Judíos profundamente religiosos era que los no Judíos utilizaran su Templo para la adoración de dioses paganos. Los Judíos llamaban a un evento tan terrible “la prevaricación asoladora”. Esto sucedió varias veces a lo largo de la historia del pueblo Judío. Cuando los Judíos fueron exilados de Israel, los Romanos reinaron sobre Israel y el Templo fue utilizado para la adoración a dioses paganos.
El Templo fue construido 457 años antes de Cristo (Esdras 7:8). El tiempo que transcurriría desde su construcción hasta su purificación era 2300 días. Ahora bien, en las profecías bíblicas, cada día es equivalente a un año: “...día por año te lo he dado” (Ezequiel 4:6) y “...un año por cada día...” (Números 14:34). Desde el año 457 BC hasta el nacimiento de Jesús hay 456 años. Al restar 456 años de 2300 años, nos da el año 1844 después de Cristo.
2300 Años:
457 BC – Construcción del Templo
1 AD – Nacimiento de Jesús
33 AD – Crucifixión de Jesús
1844 AD – Declaración de El Báb
(Nota: El año 1844 también corresponde al año 1260 en el calendario islámico. Existen numerosas profecías cronológicas adicionales, especialmente en el Apocalipsis, que señalan el año 1260. Son tratadas en mayor detalle en “Renovación de la Cristiandad, Volumen III).
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