La Lámpara es Jesús; la Luz es Cristo:
Se podría comparar a Jesús con una lámpara y a Cristo con la luz. La Biblia habla de Jesús “en los días de su carne” al referirse a su vida en la tierra. La lámpara sólo tiene una vida limitada y puede ser destruida. En contraste, la luz es eterna y no puede destruirse (ver las citas bíblicas en el dibujo). En el tiempo de Jesús, los Judíos estaban tan apegados a la lámpara de Moisés que no pudieron reconocer su luz en su nueva lámpara, en Jesús. De la misma forma, los Cristianos actuales están muy apegados a la lámpara de Jesús. Empero, esa misma luz de Cristo se encuentra en Bahá’u’lláh.
“Las virtudes y perfecciones de Moisés se hicieron visibles en Jesucristo más esplendorosamente, pero los Judíos se aferraron al nombre Moisés, no adorando las virtudes y perfecciones manifestadas en Él. Si hubieran adorado esas virtudes y buscado esas perfecciones, seguramente hubiesen creído en Jesucristo cuando las mismas virtudes y perfecciones brillaron en Él. Si somos amantes de la luz, la adoramos en cualquier lámpara en que se manifieste, pero si sólo amamos la lámpara y la luz es transferida a otra lámpara, ni la aceptaremos ni la sancionaremos. Por tanto, debemos seguir y adorar las virtudes reveladas en los Mensajeros de Dios -sea en Abraham, Moisés, Jesús u otros Profetas - pero no debemos adherirnos a la lámpara ni adorarla.
Debemos reconocer el sol, no importa desde qué punto de alborada brille - sea éste el mosaico, el abrahámico o cualquier punto personal de orientación - porque somos amantes de la luz solar y no de la orientación. Somos amantes de la luz y no de las lámparas y candelas...” (‘Abdu’l-Bahá: “Promulgation of Universal Peace”, p. 152)
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2 comentarios:
Te pregunto una cosa, si sigo la linea de tu pensamiento llego a la conclusión de que Jesús murió en la cruz y el Cristo resucitó. En otras palabras, no ascendió a los cielos en carne y hueso. El cristo estaría sentado a la derecha de Dios padre. Y Jesús fue el Cordero. Esto tiene sentido pero va en contra de la doctrina ortodoxa. Pero a la vez tiene una ventaja ya que nos libera de la dependencia de su resurrección, no te estarías contradiciendo con la ciencia. El Cristo es Amor y eso me basta porque el Amor es la verdad y nadie puede cegarlo, ni la ciencia.
Jesús es el ser humano (o carne) que nació de María para ser poseído y sustentado por el Espíritu Santo personificado en Cristo. En efecto, Cristo es la Luz, pero como Jesús nunca pecó -lo dice la Escritura- subió al tercer cielo en carne y hueso, como lo hicieron Elías y Enoc.
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