La realidad espiritual de Bahá’u’lláh y la realidad espiritual de Cristo es una y la misma:
Este cuadro señala que las mismas cualidades que atrajeron a los discípulos a Jesús también se hallaban en Bahá’u’lláh. Los creyentes fueron atraídos al amor, el conocimiento y el poder espiritual de Bahá’u’lláh de la misma manera como fueron atraídos a Jesús. Estos son los atributos espirituales de Cristo; y las mismas cualidades vieron su retorno en Bahá’u’lláh.
Los Mensajeros de Dios nos hablan con la autoridad de la Realidad Divina, desde cuyo mundo nos revelan, mediante sus vidas y enseñanzas, la Voluntad de Dios. La humanidad aprende sobre este mundo mortal de la naturaleza en base a la educación material en la ciencia, historia, matemática y otras materias. Sin embargo, solamente es en base a las enseñanzas traídas a la humanidad de edad en edad por los Educadores Divinos que aprendemos sobre las realidades espirituales e intangibles.
Sin estas enseñanzas, la humanidad dejaría de existir, pues sin el amor y la paz, con el tiempo nos hundimos en la aniquilación. Únicamente cuando la gente estudia la vida y las enseñanzas de Bahá’u’lláh, se dará cuenta de que ésta es exactamente la misma verdad espiritual que trajo Cristo. La única diferencia es que Bahá’u’lláh escribió más de cien volúmenes durante sus cuarenta años de prisión y exilio. Tratan sobre la problemática actual y constituyen precisamente lo que el mundo y sus gentes necesitan para resolver sus problemas.
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