17. La Biblia – Libro Sagrado de Dios

Los Bahá’ís toman muy en serio la Santa Biblia. Creen que Santa Biblia es la Palabra inspirada por Dios:

"Este libro es el Libro Sagrado de Dios, de inspiración celestial. Es la Biblia de la Salvación, el Noble Evangelio. Es el misterio del Reino y su luz. Es la Divina Generosidad, el signo de la guía de Dios”.

Los escritos Bahá’ís “rompen el sello” del Libro de Dios y explican los significados espirituales de la Biblia. Las palabras divinas no deben entenderse en su sentido exterior. Son simbólicas y contienen realidades de significado espiritual:

“No es la lectura de las palabras lo que os beneficia, sino la comprensión de sus significados. Por tanto, orad a Dios para que seáis capacitados para comprender los misterios de los divinos Testamentos”. (‘Abdu’l-Bahá: “Promulgation of Universal Peace”, p. 459)

Historia del Origen de los Evangelios:

¡Las palabras que Jesús pronunció en arameo hace 2.000 años son las palabras de Dios Mismo! Jesús nunca escribió nada Él mismo.

Marcos: Los historiadores creen que el primer Evangelio redactado fue el de Marcos, quien no era uno de los Apóstoles de Jesús. El Evangelio de Marcos fue escrito en Roma alrededor del año 70 AD. Es muy corto y termina con la crucifixión. Se realizaron adiciones posteriores para tornarlo más similar a los demás evangelios.

Mateo y Lucas: Los Evangelios de Mateo y Lucas fueron redactados después. Ni Mateo ni Lucas fueron testigos de los eventos que ellos describen (Lucas era ayudante de Pablo, el predicador).

Juan: El Evangelio de S. Juan fue escrito alrededor del año 110 AD, es muy espiritual y es bastante diferente a los otros tres Evangelios. Este Evangelio tampoco fue escrito por uno de los discípulos de Jesús, puesto que ellos ya habían fallecido (Juan era un nombre muy común). Juan el Evangelista vivió en una época cuando la Cristiandad ya había sido influenciada por las tradiciones romanas y griegas que presentaban a Jesús más como Dios que como hombre. Jesús es presentado como el divino Cristo desde el inicio de este Evangelio.

En comparación, mientras las palabras de Jesús fueron puestas por escrito varias décadas después del hecho, las Escrituras de Bahá’u’lláh son fidedignas, habiendo sido redactadas por Bahá’u’lláh mismo.

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